La generalización del consumo de pornografía a partir de los setenta ha hecho que poca gente vea ya los vibradores como un engendro extraterrestre. Su glorificación se ha producido en esa versión actualizada de Azucena que es Sexo en Nueva York,y la tendencia no tiene marcha atrás. La prueba es que Philips lanza un vibrador.
Que una empresa seria decida meterse en ese sector significa que hay mucho público potencial. Evidentemente, Philips no sacará un vibrador común, de esos que uno encuentra en un sex-shop. Sacará uno sofisticado, no penetrante, para parejas convencionales y con una economía media, porque costará 100 euros. Podría costar mucho menos, pero precisamente se trata de que, por su precio elevado, el comprador vea que se desmarca de la vulgaridad de los juguetes sexuales corrientes. Philips no puede arruinar su prestigio con una baratija.
A pesar de que Philips es holandesa, Gran Bretaña será el primer país donde el producto se venda: porque, en cuestiones de cama, los británicos son más abiertos que el resto de los europeos. Philips lleva dos años modificándolo (y probándolo, claro está). Esta semana llega a las tiendas. Los que no vivan en ese país pueden ver cómo es en la web Philips. co. uk. El nombre del aparato es Warm Intimate Massager.
fuente: lavanguardia.es
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